Recientemente fui invitado a participar de un viaje a Sudáfrica, junto con representantes de la sociedad civil, partidos políticos, pueblos indígenas y sectores empresariales. Todos bolivianos de diferentes
regiones, para vivir una experiencia juntos compartiendo con aquellos que vivieron el Apartheid, con los protagonistas de lo que hoy es Sudáfrica; conocer  cuáles fueron sus luchas, sus vivencias, sus
sueños, sus logros y frustraciones, lo que aún les queda por hacer y lo que consiguieron durante los largos años de diálogo, debate y finalmente reconciliación y construcción de un gran país.

Tuvimos la posibilidad de entrevistarnos con Alex Boraine que fue vicepresidente de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, con líderes de la oposición,  con analistas políticos, con sectores productivos, con miembros de la fundación De Klerk,  con el Minister Essop Golam Pahad, con Michel Sachs de la ANC(Congreso Nacional Africano), con COSATU (central obrera), con Rolf Meyer que fue
presidente de la ANC, ministro de Mandela, participó activamente en el proceso constituyente y fue ministro del Apartheid y Mathew Phosa, secretario de Negociación de la Transición del Apartheid al régimen democrático.

Es importante resaltar que todos los entrevistados manifestaron que hubiera sido muy difícil avanzar en la línea de la reconciliación, concertación y búsqueda de la Paz sin el liderazgo de Nelson Mandela,
que desde la prisión ya había definido junto al Congreso Nacional Africano que construirían un país de ciudadanos sudafricanos, un Estado constitucional, con igualdad de derecho, donde nadie esté por encima de la Constitución Política del Estado, donde a las minorías se les respeten sus derechos pero no se les reconozca privilegios, donde no se incluya la palabra tribu o etnia o blanco o negro, donde se proteja al individuo. Un régimen  que incluya a los 48 millones de ciudadanos sudafricanos, se respete la multiculturalidad, un país que pertenezca a todos los que vivan en el.

Definieron que la vía de solución no era con racismo ni siendo anti blancos, se oponían totalmente a toda hegemonía ya sea blanca o negra. Construyeron un país democrático y libre, que sea de blancos y de
negros, que sea para todos, donde no haya venganzas ni rencores, donde la mayoría vea los intereses de las minorías, un país unido y estable, donde se respete el aparato productivo, porque entendían que la
solución al problema de la inequidad, de la pobreza pasaba por una mejor distribución  de la riqueza, por eso la inversión pública favorecería a los sectores más empobrecidos y con menores oportunidades.

Crearon políticas para el empoderamiento económico de los ciudadanos negros para generar una clase media cada vez más fuerte, garantizando los derechos fundamentales de los ciudadanos,  sus libertades y derechos a la propiedad privada , implementando una política gradual de restitución de la tierra, con una economía mixta donde el Estado y la Empresa pueden trabajar juntos.

Mandela decía: “No vamos a tomar el poder, vamos a negociar”; “no entras de acuerdo con tu amigo, entras de acuerdo con tu enemigo”, induciendo permanentemente a hacer las negociaciones en unidad y con paz,  qué todos se vean como ciudadanos, no como nosotros y ellos, o los que estaban y los que ahora están en el gobierno. Decidieron hacer un país cuasi federal, con autonomías, donde cada región o provincias (departamentos) tengan autoridades electas, con gobernadores y consejeros con capacidad legislativa. Estas autoridades eran elegidas “a dedo” durante el Apartheid.

Buscaron que durante las negociaciones quede la sensación de que todos habían ganado, que no hubiera ganadores ni perdedores. Construir un país de ciudadanos libres con iguales derechos generando oportunidades para todos.

Que Dios bendiga a Bolivia.

Por: Germán Antelo Vaca, Ciudadano libre, de un departamento autónomo y una Bolivia
democrática.