El Salvador Ante Un Momento Crucial
SAN SALVADOR-El próximo domingo 15 de marzo, el pueblo salvadoreño tendrá la oportunidad de elegir a su próximo gobernante y Gabinete, en lo que los expertos han señalado como una de las elecciones más reñidas e históricas por la que está atravesando esta nación centroamericana. Pero estos comicios van más allá de ir a depositar el voto y llevar a la silla presidencial a uno de los dos candidatos de los partidos mayoritarios: significa un momento crucial, una encrucijada entre el comunismo (ablandado con la palabra “socialismo”), y la democracia. El Salvador se juega la oportunidad de seguir siendo un país libre, junto a muchas otras del orbe o entregar su soberanía a los desmanes y actos demenciales de los hermanos Fidel y Raúl Castro y al estrafalario venezolano Hugo Chávez. Es por eso que el electorado, la enorme masa de ciudadanos está detenida ante los dos caminos que se bifurcan y deberá tener la suficiente sapiencia para elegir por cuál de ellos transitar, sin comprometer lo más preciado que tiene el ser humano… su libertad individual y conjunta.
El anterior día lunes 9, ya habían sido entregados y distribuidos todos los paquetes electorales a nivel nacional y quedaba esperar solamente el día de las elecciones; en cada uno de ellos iban las papeletas de votación, actas de inicio y cierre del evento electoral; también lámparas, calculadoras, bolígrafos y padrones, entre otros documentos imprescindibles. Anteriormente se había hecho la distribución en los departamentos (provincias) de San Miguel, Morazán, Usulután y La Unión, ante la mirada vigilante de la policía y miembros del ejército, para evitar cualquier situación anómala. Los representantes de la Dirección de Organización Electoral (DOE), manifestaron que este material estaba listo desde el 28 de febrero pasado; pero decidieron distribuirlo hasta esta fecha porque muchas Juntas Electorales Departamentales (JED), no disponen de suficientes condiciones de seguridad para resguardarlo por mucho tiempo.
Desde el punto de vista del proselitismo, los candidatos de los partidos Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), Rodrigo Avila; y del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Mauricio Funes, pronunciaron sus últimos discursos con verdadero “olor a multitud”, en las principales avenidas de esta Capital y en el gigantesco estadio Cuscatlán, el de mayor aforo en Centroamérica. El representante de ARENA describió perfectamente lo que significa el partido de su contrincante, con estas palabras precisas: “los que mandan hoy en el FMLN, que son los mejores y mayores representantes del partido comunista, no han dejado el odio. Todavía lo tienen en su corazón, todavía lo tienen en su mente.” Y agregó: “el socialismo del Siglo XXI no es otra cosa más que una mala caricatura del comunismo del siglo pasado.” Sus palabras causaron el entusiasmo en miles de correligionarios, quienes gritaron en una sola voz: “¡Patria sí, comunismo no!”
Por su lado, Mauricio Funes, del FMLN, en otro enorme desatino, dijo a la televisión internacional que Hugo Chávez y los hermanos Castro en Cuba “no son dictadores” y añadió: “el presidente Chávez se debe a sus circunstancias y es el pueblo de Venezuela el que lo tiene que juzgar (…) (y) los Castro son las circunstancias las que definen si un régimen es o no dictatorial.” En otras palabras, lo que quiso decir es que ningún ser pensante en el mundo puede señalar si estos tres sátrapas son dictadores en sus respectivos países, sino que “las circunstancias” son las llamadas a dar ese calificativo. Un argumento que, además de vacío es irracional, sorprendente en un hombre que quiere gobernar a toda una nación, que revela su poquísima capacidad intelectual y su descaro.
En estas elecciones en El Salvador se enfrentan el candidato que representa al modernismo, el trabajo, el progreso y las buenas administraciones de la cosa pública; y el otro, con un historial profesional y privado que despierta desconfianza por sus reiterados desatinos, por su ideología marxista, sus alianzas con tiranos como Raúl, Fidel Castro, Hugo Chávez y demás individuos del mismo corte. El primero responde al nombre de Rodrigo Avila, a quien esperamos ganador este domingo; y el segundo es Mauricio Funes, quien encarna a la peor aberración sociológica inventada por el hombre… el marxismo-leninismo.