Liberar Irán es liberar Latinoamérica JOSE BRECHNER

Liberar Irán es liberar Latinoamérica

 

JOSE BRECHNER

 

El gran culpable de las refriegas en Irán no es Hossein Mousavi ni Mahmoud Ahmadinejad, ni siquiera el Líder Supremo Ali Khamenei. El originador del conflicto es Jimmy Carter, que 30 años atrás movió cielo y tierra para derrocar a Mohammad Reza Pahlavi para colocar en su lugar al Ayatola Ruhollah Khomeini. Sha Pahlavi era el líder más moderno y pro occidental que había en el Medio Oriente, además tenía clase, motivo suficiente para que el campesino Carter deseara tumbarlo.

 

Si Carter no hubiese presionado a Sha para que abandone el poder, los ayatolas no estarían gobernando ni tratando de desarrollar armamento nuclear. Tampoco Hugo Chávez estaría recibiendo apoyo logístico iraní. Latinoamérica no se estaría llenando de mezquitas y terroristas. Líbano no estaría acosado por Hezbollah y el mundo sería un mejor lugar.

 

El peor presidente de los Estados Unidos –hasta el momento– no solo echó abajo su país causando una nada grata crisis económica con inflación de dos dígitos, sino que volcó la balanza hegemónica internacional a favor de la extrema izquierda, que tomó control en lugares como Nicaragua con los sandinistas.

 

Sorprendentemente, sin remordimiento, semejante aborto político sigue desplazándose internacionalmente, agregando su cuota de basura socialista-totalitarista-pro islámica en desmedro de las democracias liberales.

 

El sucesor de la nociva ideología de Carter es Barack Hussein Obama, con el agravante de que  es más ambicioso, prepotente, inescrupuloso e inteligente que Carter, pero no más evolucionado. La izquierda marxista filo proletaria es retrógrada y reaccionaria, y así son sus exponentes.

 

Siendo el continuador de la filosofía carterista, no es de extrañar que en vez de aprovechar la conmoción interior para influenciar sobre Teherán, detener la masacre, ayudar a liberar a su pueblo y parar las centrífugas para enriquecer Uranio, Obama haga declaraciones irrelevantes, tardías e inofensivas.

 

La intervención diplomática norteamericana junto a sus aliados, más sanciones económicas, sería recibida con vítores y aplausos por parte de la población iraní, que no encuentra manera de librarse de la pesadilla clerical fundamentalista que la gobierna.

 

Si caen los ayatolas, Estados Unidos se eliminaría el problemón que le va a causar un Irán nuclear amenazante expandiéndose por Latinoamérica. Pero ni Barack Obama ni sus asesores parecen percibir la magnitud del problema. Es más, con cada acción o inacción, Obama muestra estar más del lado del Islam y las dictaduras que de los Estados Unidos y la democracia, de manera que cualquier cosa que debilite a Occidente es bienvenida para el apátrida ocupante de la Casa Blanca.

 

Obama está siendo probado en varios frentes y en todos resulta ser un inepto. Los temas más candentes para la seguridad de los norteamericanos son Irán y Corea del Norte, y en ambos está demostrando su suprema incapacidad ejecutiva. Pero ¿qué se puede esperar de alguien que jamás en su vida ni siquiera administró un kiosco? JimmyCarter siendo el rey de los mediocres por lo menos fue manisero.

La situación en Irán tiene estrecha vinculación con Latinoamérica. Los ayatolas encontraron en Sudamérica, el único lugar donde los musulmanes sunitas no tienen control ni supremacía, y quieren aprovecharla para convertir a su población menos instruida al islam chiita. Si Estados Unidos toma una actitud más agresiva con Irán y caen los teócratas, Chávez & Cía. quedarán huérfanos, lo que puede llevarlos a su caída definitiva. Entonces, los latinoamericanos podrían retomar la verdadera democracia. De lo contrario, el totalitarismo se afianzará, la penetración islamista crecerá, la represión aumentará, y el terrorismo cundirá.

El que calla otorga, y Obama y la Clinton no expresan reproche genuino frente a la violencia y los asesinatos del gobierno iraní. Tampoco dicen nada de los dictadores bolivarianos, que además de dar su apoyo abierto a Ahmadinejad, agarrotan a sus ciudadanos de forma semejante a los islamistas, cada vez que hay manifestaciones populares en su contra.

www.josebrechner.com

 

 

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