RAÚL CASTRO DECRETÓ QUE LA VENTA DE ESTOS PRODUCTOS CONSTITUIRÁ UNA INFRACCIÓN
La prohibición de vender ropa importada en Cuba ha encendido la polémica y desatado un visible malestar entre comerciantes privados que desde hace algunos años se dedican a ese negocio y que ahora parecen abocados de nuevo al mercado negro.
Con el desarrollo del trabajo privado -«cuentapropismo» en jerga cubana-, en los últimos años proliferaron multitud de pequeños comercios y tenderetes de venta de ropa, calzado o complementos, y hasta algunas «boutiques» en La Habana que casi pueden considerarse de lujo en un país agobiado por la escasez.
La mayor parte de esas prendas llegan a la isla en abultados equipajes de particulares, muchos de ellos cubanos, que la compran en países como México, Panamá, Ecuador o Perú e incluso en naciones europeas como España o Italia.
Los comerciantes que venden esa mercancía en la isla lo…
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