DIOS CAMBIA EL CURSO DE TU VIDA, HOY.
Por: Aquilino Ortega Luna
El secreto para ser verdaderamente feliz en la vida, está en abandonarse completamente en los brazos de Dios. El Señor ha decidido cambia tu panorama, el curso de tu vida hoy, ya no serás el mismo.
Ve con fe a tu reunión dominical, sabiendo que una vez te encuentres con el Todopoderoso, tu vida no será igual. Tu oración de anoche, será respondida hoy, tu oración eterna por ese sueño imposible, será contestada hoy. Dios escucho tu gemir, el latido de tu corazón tocó el corazón de tu creador.
Renuncia a lo que te aleja de Dios y tu vida irá de gloria en gloria, de victoria en victoria. Para vivir para Dios hay que morir primero. Para alcanzar lo imposible debes renunciar a lo posible, a lo humano a lo que hoy te mantiene cautivo y te paraliza.
El soltar lo que no es de Dios es imprescindible. Esa relación, ese trabajo, esa amistad debe ser llevada a la cruz. La cruz es ineludible. No temas, lo que es de Dios permanece, lo que es de Dios no muere para siempre, al tercer día resucitará. Sino vuelve a la vida, es porque nunca fue tuyo. Dios tiene algo mejor, espera.
Todo lo que te aleja de Dios no es voluntad de Dios para ti. Dios es perfecto y todo lo hace perfecto. El tiene un promesa que sólo tu puede recibir. El tiene a la persona correcta, el trabajo correcto, la llave correcta para abrir la puerta de las bendciones del cielo.
Dios te llamo para que fuera feliz, no te preocupes que si haces las cosas en el tiempo de Dios y en atención a su voluntad, nadie te podrá arrebatar lo que Dios tiene para tí.
No temas, lo que es para ti, nadie te lo puede quitar aunque las circunstancias digan lo contrario.
Dios quiere usarte para grandes cosas, pero antes debes morir a ti mismo, renunciar a lo que no es de Dios. Nada en este mundo ni todas las riquezas, pueden compararse con el plan perfecto que Dios tiene para tí, ni con su santa voluntad aplicada a tu vida.
A partir de hoy los días de tristeza y angustia serán sólo un recuerdo de cosas que pasaron, pero que no marcaron tu vida negativamente, ni para siempre.
Mientras más cerca estés de Dios, más grande será la gloria que el Señor depositará sobre tu vida. Ahora es tu tiempo, los días de lágrimas y de interrogantes, quedaron en el recuerdo.
El Señor no te creó para convertirte en un depósito de pruebas, su deseo es bendecirte por sobre todas las cosas, El quiere que disfrutes de la plena felicidad.
“Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza, contra tales cosas no hay ley”, (Gálatas 5:22,23).
Ahora eres parte del Reino de Dios, eres un príncipe y debes vivir como tal, por tanto no hagas caso a los que tratan de menospreciar tu real sacerdocio, tu categoría de “pueblo escogido de Dios”.
Antes de conocer al Señor, vivías para agradarte a ti mismo en diferentes formas y maneras, haciendo las cosas que te producían cierta satisfacción y todo lo que, conforme a tu propio criterio, creías que debías hacer.
Pero cuando chocaste de frente con el Soberano, “Rey de Reyes y Señor de Señores”, cambió el panorama, ahora vives para El.
Ahora vives para agradarle a Él, buscando hacer aquello que Él te demanda, por tu propio bien.
Una cosa has descubierto, y es que, agradándole a Él es que recibes el mayor bienestar, las más hermosas bendiciones y sobre todo ¡felicidad, a tiempo completo!
¡Dios quiere hacerte feliz y satisfacer todas tus necesidades!
Si en el camino surge alguna situación difícil, una nueva necesidad, no te apures, ¡confía! Dios va satisfacerla de acuerdo a sus designios.
Dios nunca te ha defraudado, ¡El ha sido fiel y tiene un plan perfecto para ti! El Maestro tiene propósito final lleno de felicidad sólo para ti.
¡La verdadera felicidad viene de Dios, es muy poco lo que puedes hacer por ti mismo, que te haga realmente feliz!
¡Dependes de Dios absolutamente para todo!
Pensaste que tener un trabajo con un mejor salario te haría feliz, pero no sucedió, sigues igual, disfrutando sólo de instantes prestados de felicidad.
Pensaste que casándose serías feliz… tuviste una casa pero no un hogar, tuviste muchos bienes materiales, mas no la felicidad.
Tu felicidad no depende de la cantidad de bienes que poseas, ni de la gente que esté a tu lado, ¡Sólo Dios, con su infinita sabiduría puede darte la verdadera felicidad!
¡Ten fe en Dios! Abandónate en sus amorosos brazos. ¡Él llenará los vacíos de tu vida con felicidad, ¡Dios sabe lo que es mejor para ti!
Cuando sientas que los problemas te abruman, no te deprimas, Dios te ayudará a llevar la carga y te dará discernimiento para resolverlos, ¡Dios quiere que seas feliz!
Si quieres ser feliz, desarrolla a cada momento una íntima, profunda y perfecta relación personal con Dios, y alábalo en cada circunstancia.
Una relación genuina y personal con Dios, producirá en ti una felicidad incomparable que superará las luchas y dificultades de la vida y te dará la capacidad de ser más que vencedor.
Tienes un Dios feliz y alegre, que se goza en cada una de tus victorias y logros ¡Un Dios que habita en medio de las alabanzas!
Deja que el gozo y la alegría de vivir para Dios sea tu principal motivación, ¡vive una vida de excelencia y de amor para honrar a Jesús!
Sal en este día a la calle, al trabajo, a la escuela, con el gozo del Señor y la alegría de vivir para El.
¡Tu vida será entonces emocionante y real!
Vive para Dios y deja que en tu rostro se refleje los siete días de la semana, ¡la alegría de vivir para Dios!
¡Dios cambia el curso de tu vida hoy, Aleluya!
Dios te bendiga,