Desnuda te vi pasar por la acera de mi cuerpo y sin remedio en un altar se alzó inmarcesible mi mejor anverso. Y fue tan excitante ver tu mejilla deteniendo la lágrima del comienzo, apología de un Big Bang sin cobardía entregado al menester de nuestro vicio. Puede que sea la última oportunidad de nuestra […]
a través de Los Bordes de tu Instinto — Messieral
