Hoy me he llevado una sorpresa maravillosa, no se si he dicho que todos mis escritos de adolescencia y juventud, hasta que empecé a escribir de adulta, están perdidos. Mucha vida, muchos viajes, muchos cambios. Pero hoy, uno de mis amigos del colegio, una de esas amistades de infancia, que vive al otro lado del oceano, me ha mandado el poema que escribí para él, cuándo se marchó hace 39 años. Teníamos trece y era mi mejor amigo. Lo recuerdo todo, pero no recordaba el poema guardado tantos años. Està en catalán, lengua de mis padres y de mi mundo en Olesa de Montserrat, allà por 1980. Es curioso porque con los años y mis vidas lejos de aquí empecé a escribir en castellano, cosas del bilingüismo. En fin emocionada y feliz, le he pedido que lo siga guardando, esta en buenas manos. Pequeños regalos de la vida que te…