Muchos gobiernos apelan en estos días a un nuevo régimen “dispositivo”, que consiste en confundir el concepto de la dignidad humana con la pérdida de las libertades individuales.
El pretexto es “cuidar” a quienes no tienen el menor interés en ser cuidados en los términos que propone la política, mediante la extorsión ejercida por un Estado benefactor que ha potenciado el poder de sus tentáculos opresivos en forma alarmante, y no tiene en cuenta que la dignidad de una persona deriva del hecho de serlo. Punto.
Nadie en su sano juicio está pidiendo que se le restituya la misma “manu militari” y resulta humillante que se proponga un estilo de protección que embista de lleno contra la propia autoestima.
El Covid-19 ha mostrado la reacción de dos mundos diferentes: el de los países evolucionados, que legislan estimulando…
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