Todos creen
que sin un motivo aparente
has desaparecido.
Yo, que conozco tus razones,
porque así me lo has pedido,
en ningún momento
sobre ti algo he dicho.
Ni tu pretexto,
ni tu destino,
ni siquiera que ni ahora ni nunca,
has perdido el contacto conmigo.
Sí, es verdad,
tu cuerpo conocido ya no existe.
Tu espíritu de él,
igual que del original,
aquel que fue el primero para mí,
se tuvo que alejar,
para otra vez volver a empezar.
Yo sé que cuando nuevamente nos crucemos,
no serán necesarias las palabras,
porque los dos conocemos lo que sucede.
Y aunque para todos seas distinto
y a pesar de que con sutiles,
o a lo mejor no tan sutiles diferencias,
cada vez que apareces
siempre descubro al único
y verdadero hombre de mi vida.
A ese del que,
aunque con otro cuerpo y otra piel,
yo me vuelvo a enamorar
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