Las cosas no suceden por casualidad, de ahí que no faltaran dicterios durante toda su estancia en Córdoba. Por Jesús Salamanca Alonso / «¡Fuera, fuera! ¡Que te calles! ¡Fuera, ministro! ¡Vete de aquí, sinvergüenza!» eran los «cariñosos» improperios con los que le «agasajaron» al ministro Grande Marlasca en Córdoba, aprovechando un acto enmarcado en la […]
Los insultos no fueron una anécdota