
A veces un «lugar seguro» no tiene por qué ser un lugar de forma literal. Puede ser un recuerdo, un recuerdo feliz que nos reconforte en nuestras horas bajas o que nos arranque una sonrisa cuando en nuestros ojos asomen lágrimas. Un recuerdo, sí, puede que de un lugar en el que fuimos felices o de un momento al que siempre quisieramos regresar.
Y tú, aunque nunca llegaste a ser, eres mi lugar seguro. Tus brazos que nunca me rodearon. Tus labios que nunca me besaron. Y esos ojos que nunca fueron solo para mí.
Julio 2022